viernes, 25 de mayo de 2018

Cientounero

Imagen: Vistas de Ronda desde la habitación


Hola!!

Bueeeno, pue ya estamos otra vez de viernes y otra vez ando por aquí para “darte la paliza” con esto del correr.

-“Jejeje, ¡Que paciencia me tienes…!”-.  ;p

En fin, que como sabes, el pasado fin de semana del 12 de mayo, he estado de carrera en Ronda; en los 101Km en 24H que tradicionalmente, y desde el origen de la misma, organiza La Legión.

-“Ya sé que de esto hace ya dos fines de semana. Pero antes me ha sido imposible hacerte el post. ¡Suerte que conseguí editar el vídeo y lo publiqué!”-.  ;)


Déjame que te cuente algo


Seguro que te has preguntado alguna vez por qué esta carrera la organiza el Tercio de la Legión.

Pues es muy sencillo. Es la manera en la que se entendió que resultaba más interesante acercarse a la población civil y de mostrar el apoyo que se daba desde esta institución militar a  la lucha contra la drogas.

-“De ahí el eslogan original de “La Legión contra las drogas””-.

También su recorrido era diferente; ya que se partía desde Ronda y se acababa en Marbella. En la actualidad es una ruta por la serranía de Ronda (y también pisamos la provincia de Cádiz) y es una manera de activar y dinamizar tanto la vida como los negocios locales.

-“¡Sólo los participantes sumábamos 8500 personas!”-.


La Precarrera


El fin de semana para La Jefa y para mí comenzó el viernes por la mañana.

Metimos los bártulos en el coche a eso de las 10:30 y salimos para Ronda sin prisa alguna.

Llegamos sobre las 12:30 y dejamos las cosas en la habitación del Hotel Don Miguel.

Un hotel encantador, con empleados aún más encantadores y unas vistas espectaculares.

Y después de soltar los bártulos nos dispusimos a llevar la mochila que recogería en el kilómetro 70 de la prueba. Así que nos fuimos dando un paseo hasta el polideportivo “El Fuerte”; que es donde se entregan las mochilas y también donde los ciclistas dejan sus MTB.

-“Peeeeeeero, como soy un desastre, se me olvidó en el hotel el pasaporte militar de la prueba”-.

Y es que sin ese documento, es imposible que te recojan el material; ya que te tienen que sellar que has entregado la mochila.

Así que nos dimos la media vuelta y nos fuimos a almorzar tranquilamente escuchando el  comentario de La Jefa:

-“¡Pero bueno, ¿es que siempre tienes que liarla?! ¡Ayyy, que paciencia con el liante! Siempre estás igual. ¿Qué pasa, que si no haces una de las tuyas no estás contento? ¡Anda… anda…!”-. (Entre resignada y “yo te mato”).

Y como para todo existe una buena teoría… Creo que al “liarla”; como ya la he liado, todo saldrá bien.  ;p

Tras el almuerzo fuimos a recoger el dichoso pasaporte y ahora sí, pude dejar el macuto sin problemas.

El resto de la tarde pasó entre paseos por Ronda, visita a la feria del corredor y hacer slalom entre tanto corredor, ciclista y turistas.

-“¡Que locura! No te haces una idea de cómo estaban las calles y los bares”-.

Tras la cena en el bar “El lechuguita” (os lo recomiendo 100% si os gusta cenar de tapas en un ambiente francamente agradable y tipo tasca), nos fuimos a dormir.

-“Bueno, antes de meterme en la cama había que efectuar el último chequeo del material con el que partiría. ¡Que después la lío!, jajajaja”-.

Imagen: revisando el material


En la Feria del Corredor


Lo cierto es que aprovechamos de lo lindo el viernes por las calles de Ronda y por la feria del corredor.

Recogimos la camiseta conmemorativa de los 101km, estuve enseñándole en el stand de Merrell a la jefa las zapatillas de la nueva colección y, antes de irnos, nos regalaron unas camisetas, jejeje.

También estuvimos por el stand de la gente de Fisiorelax para comprar un bote pequeño de crema de masaje deportivo.

Imagen: Camiseta Merrell y camiseta conmemorativa de los 101Km

-“El mío se me olvidó. ¡Qué raro!, ¿verdad?, jajaja”-.

Estuvimos allí un ratillo charlando, recibiendo consejo de cómo combinar los diferentes tipos de cremas deportivas y quedamos en volvernos a ver en el maratón de Sevilla.

-“¡Ah!, lo mejor de todo es que no era para mí el bote de crema. Sino para la jefa que tenía el cuello un poco contracturado. Y encima es a ella a quien le regalan unas muestras de otro tipo de cremas y una pulserita chula de los 101… ¡¿Será posible?! Claro, pone cara de niña buena…”-.  XD


El día de los Cientouneros


Y llegó el día señalado para ver  hasta donde soy capaz de llegar.

Nos levantamos a eso de las 7:00, nos arreglamos y nos fuimos a desayunar en el bufet del hotel.

En mi caso desayuné cereales con leche, una pieza de pan con matequilla y mermelada, zumo de naranja y un café con leche.

Volvimos a la habitación para terminar de recoger mis cachivaches de runner campestre y salimos en dirección al campo de fútbol.

Por el camino pasamos de estar completamente solos por las calles a estar rodeados de más corredores, acompañantes y público en general que estaba tomando posiciones. Y cerca ya del campo de fútbol, comenzamos a ver a los primeros ciclistas con sus MTB.

Después de no sé cuánto tiempo viendo gente en bicicleta, conseguimos llegar al estadio.

Pasé el control de acceso para los corredores y, una vez dentro del estadio, me puse en la cola de los servicios.

-“Nunca se sabe cuándo te puede hacer falta una buena posición por si a la madre naturaleza le da por llamarte”-.  ;)

El ambiente de carrera que se respira es brutal. La cantidad de corredores y de público general es una pasada.

En breve nos llaman a tomar posiciones en el cajón de salida que, literalmente, está atestado.

El gran Chito (el speaker), calienta motores con sus ánimos, la música y, como no puede ser de otra manera, todo se vuelve más especial escuchando el himno legionario “El novio de la muerte”, previo a la cuenta atrás de la salida.


La Salida


En sí misma la salida es un auténtico “aquí se sale cuando se pueda”.

Salvo los que están en las filas más avanzadas y que salen corriendo, el resto vamos avanzando poco a poco hasta conseguir salir del estadio de futbol y encarar las primeras calles de Ronda.

Imagen: Paso por el Cortijo Polear

En los primeros compases de la carrera hay quien sale desbocado por la euforia del momento sin parecer tener en cuenta que aún queda por delante 100 kilómetros.

Por mi parte, decido ceñirme al plan fijado y no salirme del mismo.

-“Aunque siendo sincero, se me ha hecho muy raro hacer una carrera sin salir corriendo”-.


De Ronda al PK20


Este primer tramo por las calles de Ronda, con un ambiente de público sensacional, ha sido para disfrutarlo bien. Eso de dar la vuelta al ruedo en la plaza de toros y pasar por el puente nuevo, es un puntazo y algo que sólo en esta prueba puedes encontrar.

Imagen: paso por Navetas

Tras dejar atrás Ronda, comenzamos a ponernos serios y comienza un tramo de sube y baja con alguna que otra rampa curiosa que, a la larga, si eres muy generoso en los esfuerzos por querer posicionarte más adelante, te pueden pasar una factura muy grande en cuanto pases del PK70.

Aún así he visto gente ir como si no hubiera un mañana.


Del PK20 hasta pasar Arriate


Este tramo me ha servido para desentumecer las piernas tras algo más de tres horas de andar por el campo y he comenzado a trotar; pero sin volverme loco.

Quemar unas energías extras en este terreno favorable tiene la recompensa de poderte reponer en el avituallamiento del PK25, donde te sirven comida fría.

En este avituallamiento he cogido media naranja, medio platano, agua, isotónico, sándwich y un donut.

Además he recargado el bidón de agua y he seguido trotando hasta alanzar el pueblo de Arriate hasta conseguir dejarlo atrás y volver a ponerme a andar en cuanto el terreno se ha puesto cuesta arriba. Así que también he aprovechado para volver a comer; esta vez, de mis propias provisiones. He cogido el primer bizcochito de avena con sabor capuchino, algo de los hidratos líquidos y agua.


PK50 Setenil de las Bodegas


Una vez que dejamos atrás Arriate, volvemos a adentrarnos en los caminos de la serranía y volvemos a jugar con las rampas y los desniveles hasta alcanzar Navetas; donde tras dejar el avituallamiento y tras un tramo de asfalto, volvemos nuevamente a los caminos en dirección al PK30 en adentante.

Lo más importante es dejar que los kilómetros vayan pasando sin que nos pasen factura en exceso y sin dejar de comer e hidratarnos correctamente no sólo en los avituallamientos, sino entre ellos.

Pasada ya la distancia maratón, comenzamos a acercarnos a Setenil de las Bodegas. Pero en lugar de ir directos, tomamos el giro a derechas en dirección a Alcalá del Valle. Esto nos hace entrar en la zona alta de Setenil, para tener que hacer una bajada preciosa hacia el corazón del pueblo, escuchando en todo momento el jaleo de sus calles animando a los corredores.

El paso por Setenil es, sencillamente, brutal y mágico. Es también aquí donde alcanzamos el ecuador de la carrera; el PK50.

Imagen: paso por Setenil de las Bodegas

En el pabellón deportivo está situado el segundo avituallamiento de comida fría y el primer punto de recogida de mochilas.

Aprovecho para reponer mi bidón de agua y preparar el otro bidón con agua y con otro stick de hidratos de carbono. Aprovecho también para ir al baño.

En esta ocasión cojo un vaso de coca-cola, dos de agua, uno de isotónico, una naranja completa, medio plátano y un sándwich completo.

Justo a la salida del pabellón polideportivo, unos espectadores nos van preguntando si llevamos luz trasera y nos entregan una para que la llevemos ya que en unas pocas horas caerá la noche.

-“¡Toma ya!, esto sí que es de ser grandes aficionados. Tenían una caja enorme llenas de lucecitas para todos los corredores. ¡GRACIAS!”-.


El ocaso. PK70, El Acuartelamiento


El paso de los kilómetros nos van llevando por terrenos de continuos sube y baja que, sin ser excesivos en la mayoría de los casos, te hacen pensar en ir regulando bastante y, es que los kilómetros pasan para todos, y las piernas lo comienzan a notar.

Ya la gente no se ve tan animada y tampoco se escuchan grandes conversaciones. También me fijo en que somos muchos los que hemos entrado en modo “tiro de forma constante pero sin matarme”.

-“Creo que todos los que vamos más o menos juntos queremos llegar al cuartel antes de que la noche caiga por completo. Al menos es lo que percibo viendo la actitud de la gente con la que voy ”-.

Es como si necesitásemos acabar esta carrera de 70km, reseterar la cabeza y comenzar una carrera nueva de sólo 31Km.

La tarde es muy agradable de temperatura. Salvo cuando estamos en sombra y el aire sopla.

Comienzo a calcular el tipo de ropa que voy a llevar a partir del PK70, porque igual la noche se vuelve dura.

Y mientras le doy vueltas a esto, no dejo de fijarme en los paisajes. La luz dorada de la tarde hace que el verde de los campos se vea aún más verdes y que las casas dispersas por el campo, reluzcan más blancas de lo normal.

Con la noche prácticamente encima, hay corredores que ya llevan los frontales encendidos y las luces traseras rojas parpadeando. Incluso hay muchos que se comienzan a abrigar con los cortavientos.

Por mi parte sigo con las mangas cortas; eso sí, los manguitos decido subirlos y dejar la cremallera de la camiseta subida.

Decido que mientras que tenga luz natural suficiente y que me permita ver bien, no las voy a utilizar la luz frontal. Lo que sí hago es encender la luz trasera para que los compañeros que vienen detrás me vean con mayor facilidad.

Justo al iniciarse la noche, es cuando llego al cuartel de La Legión.

Repongo los bidones con agua, paso por el avituallamiento de campaña que hay montado y cojo un vaso de agua, otro de isotónico, un cuarto de naranja, medio platano y me dirijo al comedor del cuartel para la cena caliente.

Me sigo ciñendo al plan trazado y decido comer de pie. Tengo una bandeja de arroz tres delicias, un perrito caliente con queso, una cerveza y una botella de agua.

-“Y sí, me tengo que forzar a comerme media bandeja de arroz porque el estómago está algo cerrado”-.

Y mientras que ceno, no hago más que darle vueltas a la cabeza sobre si voy a ver a los fisios o si paso de ellos y sigo… No quiero relajarme en exceso y no ser capaz de continuar.

Al final decido que si los 31Km que quedan son los más duros, sería mejor una visita “rápida” para descargar algo los cuádriceps y el tendón de Aquiles derecho. Y tras la visita a los fisios (que han hecho un pedazo de trabajo y me han dejado nuevo), me dirijo a la carpa que hay junto al comedor para recoger la mochila y cambiarme de ropa.

-“Y aquí va la decisión del “todo o nada” para afrontar la noche”-.

Decido ponerme la camiseta personalizada de manga larga que me han diseñado en Run´NGo Sports, las mallas largas compresivas de Coreevo para tener un punto extra en la ayuda muscular y en la circulación de retorno y me quedo con el cortavientos fino de Kalenji en lugar del de Run´NGo Sports.

Preferí asegurarme poderme abrigar en meta con el cortavientos personalizado en lugar de llevarlo conmigo.

También me puse los guantes de Coreevo, el pañuelo pirata y el tubular. Decido igualmente seguir con las zapatillas Altra Duo y dejar en la mochila las Altra Lone Peak 3.5.


Alea iacta est


Con la decisión tomada, volvemos a entregar la mochila para que nos la metan en la nueva bolsa, nos la precinten y la dejamos entregada para recogerla en la meta.

Así que lo que he decidido es ir abrigado lo justo como para sentir algo de frío; el que me permita seguir alerta y no parar.

Imagen: paso por Montejaque. Llegada al avituallamiento del PK86.4

Si la apuesta me sale bien, habré acertado y conseguiré la meta de poder llegar a la Alameda del Tajo tras haber recorrido los 101Km de la prueba. 

Si me equivoco en la apuesta; el frío puede hacer que me quede algo entumecido y tenga que sacar la manta térmica de emergencia e incluso, que por seguridad, tenga que retirarme y esperar en algún avituallamiento a que la organización me evacúe hasta la meta.


¡A por los 101!


Tras dejar atrás el cuartel de La Legión, parece que muchos han resucitado y vuelven los ánimos y las conversaciones; sin embargo, esa euforia se pasa rápido y la noche comienza a presentarse como larga y dura.

Ahora, además del paso de los kilómetros, también tenemos el paso incesante de las horas con la sensación de no avanzar en el recorrido y  los fantasmas comienzan a aparecer en muchos de los marchadores/corredores.

-“Y es que correr de noche no es fácil… Y si además no se ha entrenado, mentalmente, ¡te destroza!”-.

Las imágenes mentales que tengo de esta parte de la carrera son muy chulas. Eso de ver un reguero de luces rojas parpadeantes enfrente y, detrás, una incesante fila de luces blancas, hace que disfrute mucho esta parte. Es cierto que no se ven ya los paisajes, pero ver el esfuerzo de tanta gente, tan loca como tú, hace que quiera seguir corriendo, andando y disfrutando de esta prueba.


Del Cuartel a los 101Km


31Km con 1500+ a superar, por la noche y con frío arreciando, así es como fue la noche de esta prueba de ultra fondo.

Sobre todo es a partir del PK80 donde todos vamos ya a nuestro ritmo y, en la mayoría de los casos, en completo silencio.

El perder las referencias visuales que te brinda el día, el cansancio acumulado, la noche y el frío que se hizo sentir, merman no sólo las fuerzas sino que además permiten aflorar a los fantasmas y la cabeza tiene la oportunidad de verdad de hacértelo pasar mal.

He visto muchos corredores cabizbajos, con caras de estar ya muy cansados y, en la medida de lo posible, he tratado de animarlos. Así también me animaba yo.

Llegar a los avituallamientos en mitad de la noche es como llegar a un oasis en mitad del desierto. He seguido con mi plan de aprovechar bien los avituallamientos y seguir comiendo y bebiendo.

Eso sí, desde el avituallamiento del PK77,5 (Cementerio de Montejaque), en adelante, todos tienen café caliente para combatir el frío y poderte mantener despierto.

Con esto hay que tener cuidado, ya que la cafeína te activa, pero como contrapartida, cuando el efecto se pasa, el cansancio acumulado hace acto de presencia de un solo golpe y sin avisar. Así que el pajaronazo que podemos sufrir es de órdago; hasta tal punto de tenernos que ver obligados a abandonar.

También ha sido incesante el reguero de participantes que he visto metidos en sus mantas térmicas de emergencia en los avituallamientos, sentados en los bancos que ponen los legionarios, con las miradas perdidas, las caras desencajadas por el frío y el esfuerzo.

Algunos te miraban derrotados preguntándose cómo eras capaz de seguir o incluso de llegar dando las buenas noches con una sonrisa y tratando de animar a los demás con un simple: “Vamos, que a esto ya le queda menos. Unos kilómetros más y esto ya está hecho, ¡vamos, vamos!”.

Y seguía mi camino…

A partir del PK90 aproximadamente, se ven las luces de Ronda arriba; en el horizonte. Y todavía quedan tres subidas (Cortijo La Manía, Puerto de Muela y la Cuesta del Cachondeo) y dos bajadas largas.

La última cuesta; la conocida como Cuesta del Cachondeo, no es porque sea la más dura, sino porque subir por su suelo empedrado, con todos los kilómetros que llevamos encima durante casi cuatro kilómetros; o tiras de sentido del humor, ¡o vas listo!

Una vez superada, entramos en las calles de Ronda. En mi caso lo hice con las primeras luces del día; al alba. Con muy pocas personas en las calles, con las luces aún encendidas y el canto de los pájaros. Crucé el puente nuevo sólo, sin coches ni gentío. En pleno silencio sólo roto para recibir los ánimos del caballero legionario que allí se encontraba y bromear con él a mi paso.

Pasé por delante del Hotel Don Miguel, por la plaza de toros y por fin el giro a izquierdas que te lleva a la Alameda del Tajo para cruzar la Meta de los 101Km en 19 horas, 38 minutos y 16 segundos.

Y justo al cruzar la línea de meta solté todo lo que llevaba dentro con un simple:

-“¡A tomar por c****!”-.

Imagen: Llegada a meta. Alameda del Tajo


Tras la Carrera


Justo al acabar la carrera recogí mi medalla de Cientounero, la sudadera de finisher y me dirigí a la Casa de la Cultura donde tenía que recoger la mochila.

Me puse el cortavientos de Run´NGo Sports y me fui al hotel a ducharme y a dormir un rato.

A las 8:00AM ya estaba en los dominios de Morfeo y a eso de las 12:00PM ya estaba en planta y pidiéndole a La Jefa que nos fuésemos a dar una vueltecita para que me enseñase las cosas chulas que había descubierto por Ronda mientras que yo andaba por el campo.

Eso sí, entre la cara de asombro de La Jefa y lo rápido que para mí iba todo el mundo el domingo, me quedo con la cara de La Jefa y su comentario:

-“¡¿Pero ya estás despierto?! ¿No vas a dormir más? ¿Seguro que quieres darte un paseo. No has tenido bastante con los 101? ¡¿Pero tú no te cansas?!”-.

Y lo remató con un:

-“¡Desde luego… No sé cómo lo haces! Animalito…”-.


Mis resultados:


Tiempo oficial: 19:38:16
Tiempo real: 19:00:38
Puesto Cat. General: 2149
Puesto Cat. Veterano: 1010
Puesto Cat. Masculina:1919




Nos leemos pronto!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario